¿Cómo hacer que mi perro pierda el miedo a ir al
veterinario o mejor aún que nunca lo coja?
Normalmente,
la primera vez que tu perro vaya el veterinario, lo que suele ocurrir cuando es
cachorro, no tendrá miedo.
Puede estar un poco nervioso porque es un lugar nuevo, con gente que no conoce
y se encuentra con otros animales extraños, pero si tu estas tranquilo él no
debería reaccionar mal. Lo que también suele ser normal es que después de un par
de visitas tu perro no quiera ni oír hablar de ir al veterinario. ¡Hombre! ¡Es
que no es tonto! Ya sabe que en ese sitio lo van a pinchar sino es para vacunarlo, es para ponerle el
chip, etc. Bueno el caso es que sabe que le van a hacer daño así que bajo su
punto de vista es mejor no acercarse por allí.
Es
decir que tu perro ya habrá establecido una mala asociación entre ir al
veterinario y sufrir dolor.
¿Qué puedo hacer para evitar que las visitas al
veterinario se conviertan en una pesadilla?
Básicamente
lo que debemos hacer es escoger bien e ir preparándonos tanto nosotros como
nuestro perro.
Tenemos
que escoger bien a nuestro veterinario. Tiene que ser un buen profesional por
supuesto, pero también tiene que ser una persona que se tome el tiempo para conocer a nuestro perro y
sociabilizar con el (tampoco tiene que tardar 2 horas; pero una caricia
tranquilizadora, una palabra amable o una golosina después de un tratamiento
pueden hacer un mundo de diferencia).
Antes
de ir al veterinario conviene dar un largo paseo con tu perro para que este
cansado y más manejable. Tendrá menos energía para ponerse nervioso.
Vete con tiempo. Es muy importante que tú estés relajado y tranquilo porque transmitirás ese estado de ánimo a tu perro. Si estás estresado porque llegas tarde o porque el perro no quiere colaborar, solo servirá para empeorar las cosas. Es muy importante que trasmita calma a tu perro y la manera de hacerlo es sentirla tu primero.
Vete con tiempo. Es muy importante que tú estés relajado y tranquilo porque transmitirás ese estado de ánimo a tu perro. Si estás estresado porque llegas tarde o porque el perro no quiere colaborar, solo servirá para empeorar las cosas. Es muy importante que trasmita calma a tu perro y la manera de hacerlo es sentirla tu primero.
No intentes consolarlo
Si
notas que tu perro está
nervioso o tiene miedo, no intentes consolarlo. Eso es totalmente
contraproducente. Los perros no son personas y no reaccionan como lo hacemos
nosotros. Si alguien los intenta consolar abrazándolos o consintiéndolos cuando
tienen miedo solo entienden que efectivamente, es una situación que hay que
temer y que estamos premiándolos por mostrar señales de tener miedo. Así que
consolándolos obtenemos el resultado contrario a lo que deseamos. Empeoramos la
situación.
Lo
que puedes hacer es hablarle de manera normal e intentar distraerle con un
juguete o practicando las órdenes básicas: sentado, tumbado, etc. El mensaje
que les estaremos transmitiendo de esa manera es que no pasa nada, que no hay
razón de tener miedo y al cabo de un rato debería tranquilizarse. Tu eres su
ancla en una situación difícil para él y si tú no te inmutas el comprenderá que
no es para tanto.
El bozal
Es
importante que antes de ir al veterinario acostumbres tu perro al bozal. Los
veterinarios lo suelen usar si ven que un perro está muy nervioso o tiene
demasiado miedo, ya que es posible que en un ataque de pánico ataque. Imagínate
el efecto del bozal en tu perro ya nervioso o con miedo, si nunca ha llevado
uno. Lo más seguro es que lo acabe de desquiciar. Así que conviene que ya haya
experimentado la sensación del bozal en un entorno donde se sienta a gusto como
es tu casa. Pónselo varias veces en diferentes días y déjaselo poco tiempo para
que entienda que aunque sea una cosa que no le guste esta no le hace ningún daño.
También
es muy importante que lo premies en los momentos adecuados. Llévate unas
cuantas golosinas y dáselas cuando se lo merezca, es decir, cuando se haya
dejado manipular por el veterinario: después del pinchazo, al bajar de la mesa
de examinación, al salir de la clínica. Puedes darle alguna golosina al
veterinario para que se la dé el también y así se haga "amigo" de tu
perro.
Si
vives cerca de la clínica veterinaria
Si
vives cerca de la clínica veterinaria
puedes ir varias veces un ratito con tu perro. Te sientas en la sala de espera
y después de un rato te vas. Si tienes confianza con tu veterinario puedes
saludarlo entre paciente y paciente, si no la tienes no pasa nada, lo
importante es que tu perro pierda el miedo a esta ahí. Al salir de la clínica
siempre premia a tu perro para que entienda que ir a la clínica no siempre
supone dolor pero si supone ganarse una golosina.
Así
romperemos la mala asociación veterinario
= dolor y la reemplazaremos por otra veterinario = premio
Otra
cosa que puede ayudar muy eficazmente a reducir el miedo de tu perro es usar un
collar DAP en cada visita al veterinario.
¿Qué
es el D.A.P. (Dog Apaising Pheromone)?
Cuando
las perras tienen cachorros emiten una feromona que los tranquiliza,
enviándoles un mensaje que todo está bien, que están a salvo. Lo más curioso es
que los perros de todas las edades responden a ella. Sencillamente se
tranquilizan.
Los
laboratorios CEVA han logrado identificar y reproducir esta feromona.
La han llamado D.A.P. (Dog Apaising Pheromone) y la comercializan bajo forma de
collares y difusores. Solo se vende a través del veterinario. Si te interesa
probar este método habla con tu veterinario para que este te cuente más sobre
este producto. El D.A.P. se recomienda en situaciones estresante para el perro
(llegada a casa, socialización, control de fobias: ruidos, viajes en coche,
etc.). Ayuda a reducir el nivel de miedo y ansiedad dejando al perro más apto a
hacer frente a situaciones difíciles para él.
Al
ser una feromona no es un medicamento ni crea adicción.
Solo afecta a los perros, no afecta a animales de otras razas o a los humanos.
Lo único que hace es calmar a los perros, haciendo que se sientan más a gusto y
relajados.
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